viernes, 25 de octubre de 2013

Capítulo 19: En mi mente de hielo agrietado

Hola hola chic@s !!!!!! Estoy especialmente feliz por el arranque de mi nuevo blog, La Katniss real o no real, con el primer capítulo publicado ya  ^^. Aahh... mala noticia. El capítulo de esta semana de Una divergente en llamas y con runas tendrá que esperar al domingo 27, porque voy justita de tiempo y capítulos, pero juro que dentro de dos días está listo.
Bueno bueno, os dejo ya con el capítulo, que sino me enrollo como las persianas... ;))

QUE OS GUSTE, DE VUESTRA ESCRITORA ;))


Capítulo 19

Finalmente se separan, quejándose por no tener su agradable y adictivo contacto. Pero Dave no es Erik. Erik, él está encerrado en una aburrida clase y yo aquí, con otro chico. Bueno, solo es un amigo, me gusta su, su todo, pero es solo un amigo, bastante reciente la verdad. Sus deliciosos ojos miran fijos los míos, y apartan su mirada cuando los míos los conectan; es bastante tímido. Yo también aparto la mirada y fijo mi atención en Emily, que está intentado ver algo a través del suave y tupido pelo del gato. Me acerco para ayudarla aunque no creo que le sirva para nada.
- Lo encontré esta mañana y pensé que, quizás, podrías hacer algo por su pata –ella arquea sus cejas y se lanza a mirar la llamada pata-. No tengo a nadie más, de verdad –digo susurrando suplicante. Ella mira al gatito y su expresión vuelve a ser la afable de siempre.
– Haré lo que pueda –la miro un poco alarmada; eso se le dice a la gente cuando no hay nada que se pueda hacer-. Tranquila, parece bastante básico.
– Gracias –digo soltando un suspiro. Me acuerdo de Dave y me giro- Entonces ¿Dónde queda el grupo? –le digo mientras camino hacia él.
– Pues… -parece un poco desconcentrado- Sala 104 –contesta por fin sonriente-. Se reúnen por las tardes y, creo que, básicamente hacen lo que más le gusta y les da la gana –me brillan los ojos. Estoy fascinada y tengo ganas de ir, aunque eso implica conocer gente; el lobo solitario se une al clan.
– Esta tarde… ¿Irás? –me mira un poco sorprendido, y sonríe tímidamente.
– No me lo perdería –y se pone un poco rojo, pero yo sonrío todo lo que puedo-. Te veo esta tarde –susurra.
– Te veo esta tarde –digo, mientras las palabras flotan en el aire. Le observo alejarse y pienso que si tuviera un espejo enfrente vería la cara de idiota que me ha dejado. Libero al marco de la puerta de mi peso y voy hacia Emily como si volara. Me mira incrédula.
– Annie, ¿Estás bien?
- ¿Por? –digo aun flotando.
- Porqué me preocupa la cara de atontada que llevas –yo empiezo a reír y ella también. Luego intento parecer más seria- ¿A sido ese chico? –me quedo helada. Mi rostro ya no es afable, sino duro e inexpresivo ¡Como puede pensar eso! Yo quiero a Erik, o eso creo. Sí, estoy enamorada de él.
– No –digo secamente-, sólo es un amigo.
– Yo no he dicho que no lo sea -ahí me ha pillado, y no me gusta.
– Por qué no tienes una razón para hacerlo –digo totalmente seria y agresiva. Me giro y me tiro a plomo encima de la cama. Caigo encima del bloc y una de sus esquinas se clava en mí piel. Libro a mi trasero de él y empiezo a pasar páginas, hasta que delante tengo una en blanco. Cierro los ojos hasta que mis pestañas se juntan y pienso en algo bello. El lápiz empieza a moverse solo y yo se lo permito. Los elegantes e involuntarios trazos forman algo magnífico, sombras delicadas y bellas que se proyectan formando el pelaje revuelto, salvaje e intensamente suave de un elegante lobo. Recapacito; no quiero recordar al lobo, nunca más, se parece demasiado a mí. Borro algunas facciones hasta acabar inconscientemente con todas ellas, para dibujar sobre la base a Claws. Estoy segura de que él puede ser tan elegante como un lobo si se lo propone. Estaba tan absorta, dentro de mi propio mundo, en el que solo existimos la hoja en blanco y el lápiz y yo, ya que este se convierte en una parte más de mí, una extensión, que no me había dado cuenta de que Claws me miraba, sentado al lado de mi cintura. Su pata está vendada, algo que parece no agradarle. Empieza a pasear elegantemente por encima de mis costillas y estómago, como mí lobo. Se encoge sobre mi vientre, recostándose sobre mí, y vagamente va cerrando sus enormes ojos, que observan cada trazo y gramo de grafito que hay grabado sobre la hoja.
Rehabilitación. Prefiero que mi pierna se marchite y desprenda como tenía planeado desde un principio. En añadidos, tenemos a una Emily que no sonríe, gracias a mi anterior amable comentario.
– Sigue un poco más –dice ella con voz muy cansada, aunque bastante dura.
- ¡Lo intento! –le respondo yo desesperada. Sé que no es la más aconsejable ni la mejor forma de hablarle, pero a mí ya todo me da igual. Con demasiados problemas, solo hay dos opciones: amargarte hasta que no puedas más y te derrumbes, o suspenderte en un limbo personal. Lo segundo suena bastante más corto, e intento convencerme de que también será más sencillo. Aunque sepa que no es fácil llegar hasta él.
Pego un soplido de resignación.
– Ya está bien por hoy –dice Emily enfadada. Yo también me rendiría, de hecho, lo acabo de hacer. El día es lento, y a mucho pesar, vivo a detalle cada segundo que pasa. Sólo la idea de poder ir al grupo de Arte con Dave me mantiene relativamente cuerda.  Y ver a Erik, eso primero, eso primero.
– ¡Hey! –me grita una Julie cargada con dos bandejas. Voy directamente hacia ella para ayudarle .
- ¿Qué  tal te ha ido el día? –digo muy, pero muy poco animada, haciendo bailar a mi tenedor con los espaguetis. El colchón es muy blando y hace que te hundas, lo que complica comer encima.
– Bueno… no gran cosa –dice mirando su plato; una diminuta sonrisita la delata.

- ¿En serio? –la miro directamente, y la sonrisita vuelve a aparecer. Intenta disimularlo mordiéndose el labio, pero ya es tarde- Julie…

2 comentarios:

  1. quiero leer el prox. realmente quiero leer el otro, y realmente dave me cae mal!

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    1. Jajajajajajaja ^^ Bueno, confieso que cuando yo escribía... tampoco me caía muy bien. Pero hay cosas que pasan, y... no digo nada, pero me empezó a caer genial.
      BESIS ^^

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